sábado, 9 de febrero de 2008

Mirando hacia arriba

Es bueno de vez en cuando mirar hacia arriba, aunque no siempre: hay que asegurarse de vez en cuando de que los pies pisan terreno sólido y de que no hay obstáculos importantes en el camino. Pero es bueno, como el arquero Zen, apuntar algo más arriba de la diana para que la trayectoria de la flecha, corregida por la gravedad o por las circunstancias si la flecha es metáfora de nuestro esfuerzo hacia un objetivo, pase de la recta teórica a la parábola real y finalmente penetre el centro al que apuntamos.
Mirando hacia arriba, pues, he visto pocas nubes, algún pájaro, el blanco trazo de un reactor y lo que pocas veces vemos cuando miramos hacia arriba: una inmensa cartulina de azul profundo donde dibujar con tiza lo que se nos antoje. La pregunta no es "¿puedo?", sino "¿cómo puedo?".

Próximamente: la simplicidad.

1 comentario:

Estrella dijo...

Me parece que una buena forma de avanzar es formulando preguntas.
Seguro que encuentras las respuestas y ya sabemos que para que nazca una estrella, antes hay un gran caos.